jueves, 26 de julio de 2012

HACHE Y JOSEDA (Fotos)


Es un lujo poder contar con poetas (y amigos) como José Daniel Espejo, por eso en cuanto surgió la posibilidad de ir con él a Madrid no nos lo pensamos e hicimos lo posible para que lo conocieran personal y poéticamente allí. Fue un auténtico placer coincidir con tanta gente buena: con Javier Moreno, con Martín Rodríguez Gaona, con José Manuel Gallardo, con Ana Pérez Cañamares, con Inma Luna, José Ángel Barrueco, Gsús Bonilla, Kanka, Pedro Chillón...















Después de la presentación que le hizo Cristina Morano, José Daniel nos deleitó con unos cuantos poemas de su libro 'Música para ascensores' y otros tantos del libro inédito que lleva entre manos (si poetas como Joseda tienen un libro inédito es porque en este país hay algo equivocado).
















Y aquí les dejamos dos de los poemas de ese libro inédito.


EPIGRAMA PARA LOS APRENDICES

Saltan a la arena lo gladiadores. Solo llevan su espada.
Dejan su odio en la celda, su esperanza, lo que saben del mundo
y de aquellos que los pusieron allí. De nada servirían,
y antes de salir, en la sombra, se despiden
del recuerdo de su madre por si acaso,
de la imagen de su amor y de la casa paterna,
del concepto borroso que llamaban libertad. Y toman
la espada entre las manos, y dan un paso.
Trata tú de recoger esa espada de la arena
y todo lo demás para empezar un poema. 



MIÉRCOLES DE CENIZA

El Miércoles de Ceniza
no fui a ninguna parte a hacerme ninguna cruz.
La ceniza nos recuerda lo que somos,
lo que estamos a punto de ser,
Samuel Beckett en polvo: huele mal.
Hay algo fascinante en el ataque
de nihilismo que envuelve el Miércoles de Ceniza,
y en las mujeres de ochenta años con la cruz
recién hecha en la frente, y que apenas se distingue
de la piel. Quedan cuarenta días
para la Muerte de Cristo, conllevad yambién
vosotros esa carga un año más,
mientras el cambio climático ordena que se abran
precisamente ahora las flores del almendro,
sin que medie ironía.